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¿HAY VIDA EN VENUS, O NO?

Si nos posamos en la superficie de Venus moríríamos de inmediato. Tendríamos que soportar una presión equivalente a 1600 metros bajo el mar, además de unas temperaturas de 400 grados capaces de fundir el plomo. A pesar de esto, Venus, se puede catalogar como el hermano gemelo de nuestro planeta, puesto que es de tamaño similar y de complosición rocosa. Sin embargo su atmosfera esta compuesta de gases tóxicos que generan precisamente el calentamiento de su superficie.


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Venus: vista global simulada por computadora del hemisferio norte. Fuente: NASA / JPL

Publicado: 4 de abril de 2018


Hechas las presentaciones nos queda lo más importante, y es que en esa atmosfera, a pesar de que un humano no podría sobrevivir, se dan algunas circunstancias propicias para la vida tal y como la conocemos. Me refiero, por ejemplo, a que la temperatura a 50 km de la superficie baja a 20 grados y la presión se hace similar a la de la Tierra, aunque realmente el "ambiente" es super ácido. Y he aquí que los científicos llevan años buscando y buscando vida en esa atmósfera ausente de oxigeno.

Un equipo de astrónomos de Europa y EE UU han anunciado que han detectado “fosfina” -fosfano por su nombre oficial- en la atmósfera del planeta. La fosfina es un derivado fétido y tóxico del fósforo. Se ha usado como arma, como insecticida y es un residuo de la producción de metanfetamina, una droga.

El equipo de científicos ha detectado en las nubes de Venus trazas de fosfina, indicativa de la potencial presencia de vida en el planeta. Y es que en la Tierra, este gas es producido por microbios que habitan en entornos libres de oxígeno.

Los astrónomos han especulado durante décadas con la posible existencia de estos microorganismos en las nubes altas de Venus,los cuales flotarían libres de la superficie abrasadora pero que necesitarían de una muy alta tolerancia a la acidez. La nueva investigación, publicada en la revista Nature Astronomy, podría apuntar a tal vida “aérea” extraterrestre.



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Imagen del folleto cortesía de la NASA que muestra el planeta Venus al comienzo de su tránsito del Sol, 5 de junio de 2012. Fotografía: Nasa / Reuters


“Cuando obtuvimos los primeros indicios de fosfina en el espectro de Venus, ¡fue un shock!”, afirma en un comunicado del Observatorio Europeo Austral (ESO, por sus siglas en inglés) la responsable del equipo, Jane Greaves, de la Universidad de Cardiff (Reino Unido). Tras estas primeras observaciones llevadas a cabo en el 2017 con el Telescopio James Clerk Maxwell, situado en Hawai, en el 2019 y gracias a ALMA, un radiotelescopio más potente situado en el desierto de Atacaba en Chile, se pudieron confirmar los resultados.

Desde hace años se sabe que los mayores planetas del sistema solar, Júpiter y Saturno, generan fosfina al unir un átomo de fósforo y tres de hidrógeno en sus capas internas, que están a más de 500 grados, en un proceso totalmente ajeno a la presencia de vida. Pero la fosfina también existe en la Tierra y su fuente principal se asocia a microbios que viven en entornos donde no hay oxígeno, incluido el fondo de algunos lagos, las aguas fecales y el intestino de animales, incluido los humanos, según los responsables del hallazgo.

En su estudio, los científicos señalan que la cantidad de fosfina en Venus es 10.000 veces más alta que la que podría producirse por métodos no biológicos. Los autores del trabajo han hecho una simulación de procesos que podrían producir fosfina en Venus sin necesidad de microbios venusianos, entre ellos el impacto de relámpagos, la fricción tectónica, la caída de meteoritos. Ninguno, dicen, es ni de lejos igual de posible que la presencia de microbios en las nubes de Venus que estén produciendo este gas.

Según James Garvin, jefe científico del Goddard Space Center de la NASA que lleva 40 años investigando Venus, “este estudio no demuestra la existencia de vida en Venus, pero es revolucionario" Y añade que “una observación de un solo compuesto químico nunca bastará para probar que hay vida fuera de la Tierra. Lo que sí hace es cambiar nuestro punto de vista y mostrarnos que la vida puede estar en lugares inesperados”.


Despues de años de investigación sobre Venus, ya sabemos que tuvo un océano hace millones de años y que la vida pudo surgir allí. Garvin lidera una posible misión de la NASA para regresar al planeta, desde que la Unión Sovietica enviara una nave en 1985, y pretende analizar por primera vez la composición detallada de su atmósfera en la próxima década. “No podremos entender qué está pasando allí hasta que no volvamos”.


Fuentes: NASA, El Pais, Microsoft News.



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